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Notas sobre los necrocombustibles

Ariel Zúñiga

Miércoles 1ro de agosto de 2007, puesto en línea por Ariel Zúñiga

Frei Betto se suma a la célebre lista que encabeza Fidel Castro en su campaña de denunciar el tratado entre Brasil y los EEUU para la producción de los biocombustibles.

Reitera el mismo argumento: los biocombustibles le sacan la comida de la boca al pobre para meterla en los tanques de los vehículos.

Este argumento es falaz. La producción de alimento no va desde la cosecha a la boca de los hambrientos sino que del huerto al mercado, y es el mercado quien asigna, mediante sus leyes por todos conocidas, quienes pueden comer y cuanto.

Añade el argumento de la inflación alimentaria pero sin mencionar que en dicho aumento de precio también incide la destrucción de las cosechas producidas por las distintas calamidades climáticas ocurridas en todo el planeta.

La mayor parte del mundo señala que dichas calamidades son producidas por el calentamiento climático y que el uso de los biocombustibles es un paliativo.

Negarse visceralmente a la producción de los biocombustibles parece el reflejo condicionado de los latinoamericanos de satanizar a todo lo que venga del norte. Si bien los EEUU tienen un largo prontuario, los europeos los siguen por poco.

Cuesta explicar que la oposición debe ser respecto a los intereses de la oligarquía global y no en contra de ciertas banderas, pero bueno, las cosas están ahí recién. Y ahí se puede decir que es falaz presentar el problema de la falta de alimentos disociado de el del calentamiento climático. Se trata de una encrucijada. Como cualquier problema económico se trata de una elección y se debe tomar el camino más adecuado.

Nuestro sistema económico-político impide que nosotros tomemos esas decisiones pero eso no quiere decir que la oligarquía planetaria prefiera cortarse las manos llevando al mundo a la catástrofe ambiental. Ellos, ante todo, deben preocuparse que el barco no se hunda. Sólo un plan B de los ricos que no conocemos los haría preferir lanzar todo al tacho de la basura.

Pero pensar el asunto así nos aleja de la vereda de los hechos y nos sumerge en el estuario de las especulaciones paranoides.

Los EEUU no basan su poder en ser el mayor productor de alimentos ni en ser los mayores productores de combustibles sino que en ser sus mayores distribuidores, es decir, controlar el mercado.

Los alimentos y los combustibles deben escasear lo suficiente para mantener alto el precio y estar disponibles, lo suficiente, para no sembrar el caos.

En medio de la crisis del 29 los estadounidenses quemaban toneladas de grano para hacer subir su precio mientras miles de sus ciudadanos morían de hambre.

Bush vino a asegurar el predominio de los EEUU por la próxima centuria: si faltan alimentos tienen la tecnología mecánica, agroindustrial y genética. Su lucha consiste en que sigamos siendo dependientes de esas tecnologías para no disputarles su predominio en la compra de los frutos de nuestras tierras.

Esos frutos hoy se desechan por toneladas en los restaurantes y supermercados del primer mundo. Se destruyen otras tantas en controles fitosanitarios y qué decir de las plantaciones que se destruyen de moto propio para mantener estables los precios de venta.

¿Qué latifundista está preocupado del hambre del mundo cuando destruye sus parronales porqué está muy bajo el precio del vino?

¿Acaso Fidel Castro piensa en el hambre del mundo cuando destina gran parte de sus escasas tierras agrícolas a plantar tabaco y caña para producir ron?

¿O me van a decir que conducir un auto es más suntuario que fumar un habano?

Ese mismo biocombustible le puede ser útil al pequeño agricultor para aumentar la productividad de su parcela utilizando un tractor.

Si quieren atacar a los biocombustibles deben oponer propuestas sensatas.

Las hidroelétricas generan daños mayores que la sustitución de los cultivos. La represa Itaipú destruyó TODA LA VIDA ACUATICA del río Paraná. No existe nada que sobreviva al paso por sus turbinas.

Y con las opciones ultratecnológicas, que se quemen los europeos antes que nosotros. Si somos los que menos contaminamos no podemos ser más papistas que el Papa.

Insisto, si quieren combatir a los biocombustibles deben retroceder a su fortín y elaborar nuevos argumentos. Si sólo quieren hacer ruido y confundir ya lo consiguieron pero los elementos en juego se encuentran en la palestra y será Usted quien separe la caña del jugo.

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  • "Nuestro sistema económico-político impide que nosotros tomemos esas decisiones pero eso no quiere decir que la oligarquía planetaria prefiera cortarse las manos llevando al mundo a la catástrofe ambiental. Ellos, ante todo, deben preocuparse que el barco no se hunda. Sólo un plan B de los ricos que no conocemos los haría preferir lanzar todo al tacho de la basura."

    El autor no es ingenuo como para creer lo que afirma y si no lo es, desconoce claramente la esencia del sistema económico-político que sufrimos en todo el planeta. Nosotros lo llamamos capitalismo y ese es anárquico, brutal e inmisericorde y es capaz de autodestruirse como lo vimos en la guerra europea de 1933-1945, así es que no argumente de esa manera que en Brasil la superficie que producía alimentos disminuye exponencialmente, mientras la que se destina a caña de azúcar para producir metano aumenta en la misma medida. El tabaco en Cuba ocupa muy poca superficie. Y los precios de los alimentos suben ya en Europa y no por asuntos ocasionales sino por causa de la disminución de la productividad en Brasil y pronto en Argentina y si la gigantesca cosecha de los EEUU disminuye, tendremos hambruna, estimado. Muertos de hambre pero con auto a la puerta...

    Ver en línea : http://www.elchileno.cl

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