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PERÚ - García y Chile: sin carta blanca

Javier Diez Canseco, La República

Lunes 21 de enero de 2008, por Javier Diez Canseco

21 de enero de 2008 - La República - Finalmente –después de décadas en que Chile ocupa más de 67,139 kilómetros cuadrados de mar territorial peruano, impide a nuestros pescadores aprovechar sus riquezas, cercena el mar de Tacna y Moquegua y niega nuestra soberanía sobre otros 28,470 km a los que considera "altamar" (terreno de nadie)– el Perú ha presentado su demanda ante la Corte de La Haya exigiendo que se reconozcan los límites fijados después de la Guerra del Pacífico (donde Chile se quedó con Tarapacá y ocupó largo tiempo Tacna) en el Acta de 1930.

Sobrevino la dejadez, la indolencia y la inoperancia de un Estado manejado por una oligarquía durante casi toda su historia. Fue entonces que se firmaron acuerdos de pesca que permitieron a Chile intervenir en mar territorial peruano y que ahora su Cancillería pretende convertir en un inexistente tratado limítrofe para hacerse del mar peruano. En el siglo XX, probablemente solo el gobierno de Velasco buscó enfrentar los problemas pendientes, pero fue Fujimori quien abrió las puertas al gran capital chileno y sus afanes expansionistas, a la vez que negoció un pésimo "arreglo" en relación a nuestros derechos y servidumbres en el puerto de Arica (donde nos han dado un pésimo e ineficiente atracadero) y en relación al ferrocarril Tacna-Arica.

Fujimori, cabeza del corrupto y criminal régimen cívico-militar que impuso al Perú la política económica y el modelo neoliberal, fue el impulsor de la privatización masiva de nuestros recursos naturales (minería, petróleo), de las empresas (bancos, supermercados, empresas mineras, de gas, etc.) y servicios públicos (electricidad, teléfonos, puertos) estatales. Gracias a él (quien alguna vez dijo ser un "Chinochet"), Pinochet les dijo a los grandes capitalistas chilenos que compren en el Perú, que estaba barato y que el seguro de sus inversiones era el poderío de sus FFAA, que se han fortalecido enormemente con la cuota anual que reciben del cobre. Desde entonces, Chile es el tercer país en importancia de inversiones extranjeras en el Perú y sus capitales controlan bancos, grifos, puertos, tierras agrícolas, empresas de gas, la principal línea aérea, AFPs, casi todas las cadenas de supermercados y tiendas comerciales como Ripley y Saga, etc. Hasta la fórmula de la Inca Kola viene ahora de la Coca Cola de Chile.

La transición democrática posfujimorista no cambió el rumbo de la economía para generar un crecimiento con equidad y desarrollo para todos, pero tampoco fortaleció al Estado y afirmó nuestra soberanía y nuestros intereses geopolíticos. Toledo apenas si planteó la necesidad de iniciar un trato directo y diplomático sobre el tema de la frontera marítima que Chile rechazó sin vacilar y de plano. El triunfo de Alan García inauguró la nefasta teoría de que las relaciones con Chile corrían por dos vías separadas: la de las relaciones económicas y, por otro lado, la de los problemas fronterizos y temas conflictivos pendientes. Así, con García se ha llegado al extremo de firmar un TLC de espaldas al país y sin siquiera someterlo al Congreso, se les ha garantizado el crecimiento de sus inversiones sin controles ni límites, se ha hecho de la vista gorda ante el creciente armamentismo de sus FFAA (que han generado un desequilibrio regional evidente), y hasta se maniobra para venderle el gas de Camisea para que resuelvan sus problemas energéticos internos, a costa de nuestro desarrollo de la petroquímica, de nuestras propias necesidades y de nuestros intereses geopolíticos.

Este último asunto, en que los manejos de Toledo y García pretenden permitir al Consorcio Camisea decidir sobre los precios de nuestros recursos naturales, su destino y sus precios de venta a su libre albedrío, constituyen ya el colmo del entreguismo de este Estado Oligárquico reconstituido que sufrimos. Nos cachetean, se apropian de parte de nuestra casa y liberamos sus exportaciones a nuestro país con el TLC y estamos a puertas de permitir una maniobra que los dote de gas de Camisea (aún insuficiente) afectando nuestras propias necesidades y alejándonos de Bolivia –aliado estratégico– que no quiere venderles gas mientras no resuelvan su justa demanda de salida al mar.

Todos los peruanos estamos unidos en la demanda de que se respete nuestro mar territorial y nuestra soberanía. Todos respaldamos la demanda ante la Corte de La Haya y esperamos que se resuelva en justicia, como corresponde, a nuestro favor. Pero no podemos entregar carta blanca en esta materia a un gobierno que ha demostrado no sólo falta de firmeza y visión, sino indolencia en el tema, y sigue otorgando concesiones y facilidades a los intereses de Chile sin defender los del Perú. No sólo debemos mantenernos vigilantes, sino rectificar políticas impuestas por el alanismo que expresan concesiones inaceptables para los intereses nacionales.


Reproducción por iniciativa del autor.

http://www.larepublica.com.pe/content/view/200144/481/

responsabilite

Mensajes

  • Sr. Javier Diaz,

    muchos chilenos que hemos viajado por Perú hemos quedado maravillados de su prolífica producción de prensa. La cantidad de periódicos que se publican son demostración de una diversidad que en nuestro país no existe; esa cantidad también demuestra que los peruanos deben ser mayores lectores de periódicos de nosotros pues de lo contrario tal diversidad no se sostendría.

    Sin embargo si prensa libre se trata de publicar cualquier cosa no sé si es elogiable o un buen argumento a los defensores de la tibieza periodística de Chile. Según algunos, el Mercurio es el eterno conspirador por divulgar un par de chismorreos palaciegos. Salvo algunos editoriales y otras crónicas fuera de sitio de Peréz de Arce, su lectura no nos convoca a matar a nadie, ni declararle la guerra a nadie. Dirán que las campañas en contra de los Mapuches, o de la criminalización de la protesta, pero dichas campañas se realizan en todo el orbe.

    Pero esa anacrónica forma de analizar la política exterior de parte de la prensa peruana, del cual su artículo es un fiel reflejo, excede con creces los marcos en dónde es posible dialogar.

    No entiendo cómo puede ser tan progresista cuando se refiere a la política interna y tan conservador respecto de la externa.

    Perú está montando todo este Show para impedir que se le dé una salida soberana a Bolivia. A Chile le sería muy conveniente dejar de tener frontera con Perú y tenerla sólo con Bolivia ya que eso consolidaría la conquista de la guerra del pacífico y congelaría las aspiraciones peruanas de retrotraer las fronteras a 1879. Bolivia sería parte interesada y defenderían con más brío y menos costos nuestra frontera del norte. Es por eso que Pinochet y Banzer estuvieron a punto de cerrar un trato.

    A los nacionalistas peruanos les indigna que se les cierre la puerta y que por otro lado se le regalen terrenos, que algunos consideran Peruanos, a los Bolivianos para sacarlos de su mediterraneidad.

    Me parece retrotraernos al siglo XIX que los Bolivianos consideren prioritaria una salida soberana al pacífico en vez que una útil y rentable; pero más absurdo es que los peruanos se opongan y que estén transversalmente de acuerdo en ello.

    Existen tres pelagatos nacionalistas en Chile y punto, y son ustedes quienes los alimentan con sus disparates.

    Le envío un artículo publicado sobre el punto

    Ariel Zúñiga

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