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Apuntes sobre la responsabilidad, la veracidad y la transparencia en los medios de comunicación

Kintto Lucas

Jueves 24 de enero de 2008, puesto en línea por Ariel Zúñiga, Kintto Lucas

¿Es posible una información periodística responsable,
veraz y transparente? No es posible ni será posible
mientras existan diversos intereses detrás de los
medios de comunicación. Y mientras esos intereses no
sean asumidos en forma transparente por los medios.
Pero sí es posible trabajar para que exista una
acercamiento a la veracidad o a las varias verdades
que encierra un hecho.

Vista en el diccionario de la Real Academia, la
palabra responsable señala en una de sus acepciones a
la persona que pone cuidado y atención en lo que hace
o decide. Podríamos decir entonces que un periodista o
un medio de comunicación es responsable cuando pone
cuidado y atención en lo que hace o decide. En otra
acepción dice de la persona capaz de reconocer y
aceptar las consecuencias de un hecho realizado
libremente. Entonces podríamos sumarle que un
periodista o un medio son responsables cuando son
capaces de reconocer y aceptar las consecuencias de un
hecho realizado libremente.

De acuerdo a esas dos acepciones, ¿son responsables
los medios y los periodistas? ¿Ponen cuidado y
atención en lo que hacen, en lo que difunden, en lo
que publican?¿Son capaces los medios y los periodistas
de reconocer y aceptar las consecuencias de lo que
escriben, informan, emiten? Podríamos responder que
una buena cantidad sí lo son y ciertamente muchos
otros no.

Por lo tanto, cuando los medios de comunicación o los
periodistas asumen una postura política, una postura
económica, una postura pensada, que defiende ciertos
intereses dentro de la sociedad, podríamos decir que
son responsables porque están poniendo cuidado y
atención en lo que hacen, son cuidadosos al defender
esos intereses políticos o económicos. Pero ¿son
capaces esos medios o periodistas de reconocer y
aceptar las consecuencias de lo que escriben, informan
o emiten para defender esa postura o esos intereses?
Algunos pueden serlo pero gran parte no lo son. Por lo
tanto, de acuerdo a la segunda acepción de responsable
podríamos asegurar que esos medios o periodistas no
son responsables.

Por ejemplo cuando un medio de comunicación presenta
al dueño de un Banco como analista económico serio e
independiente, se podría señalar que ese medio está
siendo muy cuidadoso de lo que hace, o sea defender un
determinado proyecto económico. Sin embargo, no es
capaz de reconocer y aceptar lo que está haciendo.
Pero además, está faltando a la verdad, porque ese
analista económico serio e independiente, resulta que
es serio porque no se ríe pero no es independiente
porque como banquero defiende un determinado modelo
económico y por lo tanto está defendiendo su verdad,
que puede ser muy respetable, pero que está marcada
por los intereses que representa. En ese instante el
medio de comunicación dejó de ser responsable según la
segunda acepción del diccionario de la Real Academia,
porque no estaba reconociendo ni asumiendo las
consecuencias de lo que escribía. Dejó también de ser
veraz y dejó de ser transparente.

Si presentara a ese banquero como lo que es, un
banquero que analiza la situación económica, le
estaría brindando al lector o al televidente un
elemento para saber qué intereses defiende ese
analista, por lo tanto sería responsable, veraz y
transparente, pero dejaría de ser un poquito cuidadoso
de los intereses que defiende.

Hace algunos años en medio del feriado bancario surgió
la posibilidad de ser editor político de un diario.
Cuando conversé con el editor general de ese medio me
dijo que sabía muy bien que yo era de izquierda y que
eso era bueno porque el diario estaba buscando abrirse
y ser más plural, dar más voz a los sectores sociales
y particularmente al movimiento indígena que en ese
tiempo a pesar de tener una gran capacidad de
movilización era obviado por los medios.

Cuando todavía no había terminado de decir qué bueno,
él me dijo en lo económico es diferente, este diario
tiene una visón económica que apunta a la
modernización, que en realidad era entendida como
privatización, y al libre mercado. Y agregó que si
bien se abría a otras posiciones, la predominante, era
la visión del medio. Con eso me estaba diciendo que el
medio tenía una mirada económica hegemónica que,
casualmente era la misma de ciertos grupos de poder
político y económico que manejaban el país en ese
momento, y que no podía ser puesta en duda. Me sonreí
y le dije irónicamente: como la política y la economía
no tiene ninguna vinculación no hay problema.
Enseguida él argumentó que el medio no era defensor a
ultranza del modelo neoliberal sino que defendía la
modernización económica. Volví a sonreír y finalmente
no fui a trabajar a ese medio.

Pero lo importante de esta anécdota es que también
refleja algo similar a lo que refleja la anterior. Ese
editor general estaba siendo cuidadoso y poniendo
atención a su trabajo, estaba siendo veraz y
transparente conmigo, pero no lo era con sus lectores.
Además, tampoco asumía las consecuencias de lo que
hacía ese medio en defensa de una postura económica.

Un año antes, durante la campaña para las elecciones
presidenciales [1] Jamil Mahuad hegemonizó las páginas de
un determinado medio y mientras los otros candidatos
eran muchas veces caricaturizados, cada artículo sobre
Mahuad era una especie de publirreportaje. Sin
embargo, ese medio se mantenía señalando que era
totalmente independiente y que no apoyaba a ningún
candidato. No era veraz, no era transparente, no
reconocía las consecuencias de sus actos, pero era
cuidadoso de su propuesta política. Era tan cuidadoso
que luego su director fue ministro de Mahuad. Pero no
era veraz ni transparente. Hubiese sido veraz,
transparente y más honesto si hubiese asumido esa
posición y se hubiese jugado desde su editorial por
ese candidato.

Cuando los medios de comunicación dicen defender la
verdad en lo político, en lo económico y en lo social,
muchas veces en realidad están defendiendo su verdad,
que puede ser muy respetable, pero no es honesto ni
veraz ni transparente presentarla como la única
verdad.

Durante la campaña para las elecciones a la Asamblea
Constituyente algunos canales de televisión asumieron
a nivel informativo una posición contraria a los
candidatos del partido de gobierno, presentando muchas
veces opinión como información y entrevistando mayor
número de veces a los candidatos de la oposición,
sobre todo a determinados candidatos.

Fueron cuidadosos en la defensa de la visión política
y económica de sus dueños, pero no asumieron las
consecuencias de lo que hacía ese medio en defensa de
esa postura política económica. Tampoco fueron
transparentes porque no señalaron claramente que su
visión política y económica, o mejor dicho al de sus
dueños, no les permitía dar espacios equitativos. Y
solo fueron veraces a medias porque no mostraron las
diferentes verdades en forma equitativa sino que
mostraron sobre todo su verdad. Algo similar ocurrió
cuando el Congreso trató y aprobó la denominada Ley de
Justicia Financiera, para bajar las tasas de interés.

Por lo tanto, si tenemos en cuenta esa realidad,
podríamos decir que mientras existan diversos
intereses detrás de los medios de comunicación no es
posible ni será posible tener una información veraz,
responsable y transparente, ni en Ecuador, ni en
América Latina, ni en ninguna parte. Pero sí es
posible trabajar para que exista un acercamiento a la
veracidad o a las varias verdades que encierra un
hecho, trabajar para que los medios y los periodistas
sean más responsables en el momento de asumir las
consecuencias de lo que hacen y sobre todo sean
transparentes, no oculten detrás del enunciado de
independencia sus verdaderos intereses..

Por el año 2000 los medios de comunicación colombianos
firmaron un acuerdo que denominaron "Acuerdo por la
Discreción", una especie de mea culpa en el que
reconocían implícitamente los vicios en que habían
incurrido en el tratamiento del conflicto armado que
vive ese país. En muchos casos, falta de
responsabilidad, veracidad y transparencia, según
anotaron. El público, de una u otra forma, había hecho
sentir su descontento con la manera como se informaba
sobre la confrontación y se pronunció mediante cartas
o llamadas por la necesidad de que los medios
realizaran una autocrítica e intentaran un cambio

La Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la
Universidad Sabana tuvo el poder de convocatoria
suficiente para sentar en la mesa del diálogo a los
directores de una treintena de medios de radio, prensa
y televisión y con los cuales se definió el
compromiso.

Ese acuerdo tenía un antecedente insólito en la
reunión con directores de medios que meses antes
convocaron los comandantes de las FARC en la llamada
Zona de Distensión, una región de algo más de 42 mil
kilómetros donde no había presencia militar. En esa
ocasión, cada una de las partes dijeron sus verdades,
y finalmente aceptaron que era primordial mejorar la
calidad de la información sobre la guerra. Algunos
incluso aceptaron que muchas veces los reporteros
destacados en la zona de distensión al tener que
producir noticias todos los días, muchas veces la
información era sacada de la nada.

Se trató de un proceso en el que además de los medios
se comprometieron el público y la sociedad civil.

El compromiso fue recibido con una mezcla de
expectativa y de escepticismo por el público
descontento con la información sobre la guerra.

El acuerdo propuso que cada medio elabore, en pocas
semanas, un código ético, normas específicas o
estándares profesionales que ayuden a mejorar la
calidad de las informaciones sobre el conflicto
armado. El acuerdo, se basó en mejorar la
responsabilidad, la calidad, la exactitud, la
veracidad, el equilibrio y la transparencia y produjo
cambios importantes que volvieron a otorgar cierta
credibilidad a los medios

Si los medios hicieran una autocrítica y asumieran en
forma transparente cuales son los intereses que
defienden sería un primer paso para llegar a tener una
mayor pluralidad y ser más veraces a la hora de
informar. Pero además serían más creíbles porque no
estarían ocultando desde que lugar informan, analizan
y opinan.

Asumir desde que lugar un medio está informando,
analizando y opinando es el primer paso para una mayor
trasparencia informativa, pero sobre todo para una
mayor honestidad con el público y con ellos mismos.


Texto presentado en el Panel “En el Ecuador de hoy,
¿es posible una información periodística responsable,
veraz y transparente?”, realizado dentro del Seminario
“Los Medios de Comunicación Frente a la Asamblea
Constituyente: ¿Puede Contribuir a la Construcción de
un Ecuador más Democrático?”, organizado por CEDIME,
el sábado 19 de enero de 2008. En el panel
participaron también Thalía Flores (Subdirectora del
Diario Hoy), Francisco Ordóñez (Ex presidente del
Colegio de Periodistas de Pichincha) y Marcelo
Cevallos
(Ex Secretario de Comunicación de la
Presidencia de la República).

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[1En Ecuador.

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