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PERÚ - Impresentables

Javier Diez Canseco, La República

Martes 1ro de septiembre de 2009, por Gladys Fernández, Javier Diez Canseco

31 de agosto de 2009 - La República - Siempre propio, el cardenal y jefe del Opus Dei, Juan Luis Cipriani, irrumpió en la escena política para aportar a la unidad sudamericana. Ha calificado a nuestro vecindario de “un poco impresentable” y ha lapidado a UNASUR como un gallinero, obviando la amenaza a la paz y la soberanía que representa la creciente presencia militar de EEUU en la región. No requirió renunciar al sacerdocio, como lo exigió al cura ecologista Marco Arana, para operar como vocero político. Usó el púlpito radial como un balcón de Palacio. Y no perdió oportunidad para alabar la “prudencia y la sensatez –de AGP– de poner un poco más de orden”. Ojo, hablaba del único mandatario sudamericano que –desde el anuncio mismo del acuerdo– respaldó a Uribe. Al más fiel estilo de su secta: incondicional al poder establecido.

Cipriani mide con vara “divina”, con el don de la arbitrariedad, a los fieles e infieles, a los intereses del gran capital y sus socios. Es su estilo. Cuando era obispo en Huamanga avalaba todo accionar militar pero se negaba a recibir a los familiares de ejecutados, cuyos cuerpos aparecían en los barrancos cercanos, o a mujeres e hijos de detenidos-desaparecidos que tocaban su puerta. Un cartel, en el portón del obispado, así lo establecía. Pero los fantasmas, a cuyos familiares cerró las puertas, se le aparecen ahora en las fosas de Putis o en los entierros clandestinos del propio cuartel Los Cabitos.

¿Seguirá considerando propio haberse referido a los DDHH como “esa cojudez”? Muy probablemente, porque condenó a la CVR por su trabajo de develar las atrocidades del terror senderista y del terror de Estado, y esto último es pecado, “impresentable”, como nos lo recuerda su discípulo y ministro Rafael Rey. Y es que el vecindario en el que Cipriani se siente cómodo es el de los poderes fácticos, el del poder puro y duro.
Hombre de principios inamovibles, le parece un pecado la reelección por decisión de un referéndum de Chávez, Morales o Correa, pero un milagro divino la campaña de Uribe para hacerse reelegir. ¿Los amigos de EEUU son los amigos de Dios y los de los pueblos amigos de Satán? Detesta el “gallinero” en el que hay presidentes que demandan se respete nuestra soberanía, se eliminen las amenazas a la paz regional por presencia militar extranjera, o que recuperan el control de los recursos naturales y la renta que generan para sus pueblos y países. Pero calla frente al militarismo, la criminalización de la protesta y la sinvergüencería de que el Perú no tenga soberanía sobre el uso de sus recursos naturales, como el gas de Camisea.

Bendice los TLC y la entrega de nuestros recursos a las corporaciones extranjeras, aunque sea pasando por encima de los derechos de los pueblos indígenas. No le preocupa el templo ocupado por mercaderes, pero puede convalidar la persecución a Pizango, Daysi Zapata y los dirigentes de AIDESEP, no darse por enterado de la falsa AIDESEP paralela gestada desde el gobierno para sentar títeres en las “mesas de negociación”. Y puede perseguir y amenazar a los sacerdotes y religiosas que unen su destino al de los pueblos pobres y oprimidos. Cipriani es un eficiente alfil del rey de turno, consejero espiritual del poder de siempre.

Guarda silencio cómplice frente al militarismo que resurge en Honduras con el golpe a Zelaya. Ni una homilía por los muertos en los aciagos periodos de las dictaduras latinoamericanas. Ni una palabra frente al golpismo que envalentona a las derechas que no quieren cambio alguno en el continente con más desigualdades sociales del mundo entero. El “pastor” solo reza en silencio. El prelado no huele la pestilencia de la corrupción del poder que emana del palacio vecino al suyo. No le parecen impresentables los faenones que comprometen a secretarios de Palacio, además de destacados y fieles ministros, en las habitaciones de un lujoso hotel. No le dice nada la ridícula “renegociación” del contrato de Camisea: una burla al país y a las regiones del sur que demandan un gasoducto y petroquímica, pero no tienen ni garantía de gas ni, menos aún, al precio del de los lotes de Camisea.

Algunos, hablando de impresentables, debieran mirarse al espejo.


Reproducción por iniciativa del autor

http://www.larepublica.pe/contracorriente/31/08/2009/impresentables

responsabilite

Mensajes

  • Sería conveniente desglosar al menos la primera vez que se citan las siglas de organismos, partidos, etc., pues los que nos interesamos en la lectura de la situación en nuestro queridísimo gallinero latinoamericano, muchas veces desconocemos el significado de las siglas. Con el mundo de la computación creo que sería posible evitar lo más posible las siglas ya que con un golpe de tecla se pueden sustituir facilmente (claro está que hay que repetar las venerables, y no siempre honorables, ONU, etc.) Gracias.

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