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¿Capitalismo, socialismo o qué?

Libardo García Gallego

Sábado 22 de mayo de 2010, puesto en línea por Barómetro Internacional

A propósito de las próximas elecciones para Presidente de Colombia, un amigo me ha dicho, a manera de corrección, que lo que el pueblo colombiano considera vital para sí en estos momentos es acabar con la corrupción y que después sí podemos luchar contra el capitalismo y el Imperio. Es decir, cortemos las ramas y luego el tronco. Eso era cuando no existían las motosierras. Hoy es más práctico cortar el tronco a ras de tierra.

En relación con la lucha entre capitalismo y socialismo otro colega siempre me argumenta. “El capitalismo es lo natural pues es el sistema que corresponde a la esencia de la naturaleza animal”. Y así, desde hace ya largo rato nos vienen metiendo la idea de la imposibilidad del predominio de la razón en la conducción de la sociedad humana. Aunque me parece que Fukuyama ya anda arrepentido de haber pronosticado el fin de la historia, connotados intelectuales siguen defendiendo su concepción postmoderna.

Con idéntica seguridad continúo adscrito al bando de los revolucionarios, aferrado a la obsesión de la inminente y necesaria destrucción del sistema capitalista y la edificación de un nuevo orden económico, político y social en la cual puedan garantizarse los derechos humanos a todas y todos, sin más restricciones que las que impidan el acaparamiento de privilegios. Es obvio que para tal empresa se requiere voluntad política, conocimiento integral de la naturaleza, sustitución de la mentalidad individualista predominante por una solidaria. Aunque en contra de este ideal se esgrime la autodestrucción del modelo de socialismo soviético y quizás aún no sea posible construir el socialismo del siglo XXI, esto no significa el fracaso definitivo o la imposibilidad de hacer realidad la utopía socialista.

La única forma de obligarme a desistir de tal sueño es la demostración científica del error, lo cual es muy poco probable. Si lo natural del ser humano es robar, pelear, asesinar, violar, secuestrar, mentir, prevaricar, expropiar, timar, etc. entonces apague la luz y vámonos. Ahí sí lo mejor es el capitalismo y lo recomendable colgarle mejoras transitorias que no sirven sino para aumentar las injusticias y la desigualdad social.

Desde que los burgueses se inventaron aquello de la necesaria competitividad como la única forma de progresar, los avivatos, las fieras humanas, utilizan todo tipo de trampas y argucias para llevarse la competencia por delante, pues en el capitalismo casi todo es permitido o válido con tal de estar por encima de sus congéneres. Por ejemplo, si su objetivo personal es ser multimillonario entonces vuélvase estafador, acumule plusvalía por montones pagándoles mal a sus trabajadores, invente y venda mercancías a precios exorbitantes, compre los tres poderes públicos y oblíguelos a legislar, fallar y ejecutar a su favor. Así, muy pronto se convertirá en un Sangriento Angulo y poco después en un Carlos Slim. Su prestigio económico lo convertirá en un gran campeón social, en “gente de bien”.
A Darwin seguramente le faltó tiempo suficiente para completar sus investigaciones o sus conclusiones parciales no pueden ser el rasero para las sociedades humanas, dueñas de racionalidad, en su lucha por la supervivencia.

Los seres humanos hemos cometido infinidad de crímenes tratando de sobrevivir: guerras fratricidas e innecesarias, invasiones de unos pueblos a otros, saqueo de recursos a los pueblos sojuzgados; hasta hemos inventado dioses para justificar nuestras estúpidas acciones. En este proceso de prolongada hominización no ha sido posible ponernos de acuerdo para una convivencia social armónica. Quienes han logrado acaparar las riquezas se creen protegidos de las divinidades y, por tanto, esas riquezas son para uso exclusivo de sí mismos y de sus familias. Hasta se inventaron el “derecho de herencia” (algo que no debe ser) con el objetivo de trasladarles sus privilegios materiales e intelectuales a los parientes más cercanos.

Cada día parece más difícil sustituir este desorden social por cuanto los dueños del planeta hoy no alcanzan a ser el 1% de la población mundial y ese número tiende a ser menor. Ellos podrían sobrevivir utilizando para su exclusivo servicio un 9% de las personas. Así que están o estamos sobrando un 90% de seres humanos. Estos que hacen? Cuando no trabajan por la décima parte de lo que necesitan para subsistir, piden sobrados para mitigar sus hambres acumuladas, escarban en los basureros en busca de bocadillos podridos; respiran bajo míseros cambuches, inclusive a orillas de ríos o en laderas impredecibles. Algunos se hacen malabaristas en sitios congestionados en procura de una moneda. Algunos se rebuscan engañando la gente con baratijas. Hay quienes se atreven a exigirles que respeten las normas vigentes o que por lo menos sean dignos. La realidad es otra: ante el acoso vital también roban, atracan, matan, se prostituyen, se encornudan entre sí para satisfacer sus necesidades sexuales, venden drogas ilícitas. Ya no creen en leyes humanas ni amenazas divinas. Este es el caldo de cultivo para el terrorismo. Cuando se cierran las puertas es muy probable el suicidio o resolver dilema: “Si no hay espacio para mí que no haya para nadie” con la inmolación.

No porque vuele

Para justificar este tipo de sociedad nos llenan con el consabido cuento de la pereza y los vicios como causas de la pobreza de la gente. Lo cierto es que una sociedad así no puede prolongarse indefinidamente, así nos digan que las crisis cíclicas siempre han existido y que son inevitables. Más ahora cuando la misma naturaleza está en peligro. El siglo del conocimiento será, por la misma razón, el siglo de la desalienación ideológica, política y cultural; el siglo de la autonomía intelectual. El reclamo masivo por la vigencia de los derechos humanos seguirá abriéndose paso: los educadores tendrán que enseñar a pensar, a discernir, a escoger. El concepto de democracia se irá depurando hasta que logremos construir y consolidar una auténtica sociedad democrática.


simiodebuenas[AT]gmail.com

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