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CHILE - Patricia Troncoso, delgado pétalo empujado al infierno

Andrés Bianque

Martes 29 de enero de 2008, por Andrés Bianque Squadracci

La Chepa, joven comunera ha sobrepasado ya los 100 días en Huelga de Hambre en contra del Gobierno Chileno, exigiendo entre otras cosas un juicio justo en contra de las acusaciones que recaen sobre ella, así como también la desmilitarización de las comunidades Mapuche.
El asunto no es solamente un problema de Chile, es un problema del mundo, de los derechos humanos. Su derrota, es la derrota del género humano. Su Lucha es la lucha de todos.

Es una huelga que representa a los desposeídos, a los encarcelados injustamente, a los pobres, a las mujeres maltratadas, a los estudiantes truncados, a los indios olvidados y sometidos.

Cien días, y que estremecedor se cierne el número sobre los ojos. ¿En 100 años más recordarán otras generaciones el sacrificio de esta mujer? ¿Será necesario que muera para que se levante la tierra sobre los usurpadores de tierras? ¿Tendrá que ser un Jesús austral crucificado a un catre de metal, clavada y enterrada de agujas martilladas por el sistema? ¿Y si el Gobierno de La Concertación saca cuentas alarmantes y decide seguir inyectándole su agua privada hasta que la traiga de vuelta desde el despeñadero de la muerte y así evitarse más problemas? ¿Catéter como cráter humillante sobre las manzanas, sondas como serpientes envenenadas, canículas como caricaturas de su piedad ausente?

¿Qué haremos? ¿En qué quedará su sacrificio? ¿Cómo se borrarán las estrías de la vergüenza?

¿Qué pasa con los otros Presos políticos? Y es que nos falla la memoria, especialmente esos que gustan de borrar sus fechorías, los interesados y los indolentes. ¿Dónde quedaron esos ayunos, huelgas de hambre, inmolados a lo bonzo en las calles que jamás lograron nada baja dictadura? Nos están faltando las oraciones, las contriciones, los rezos, las vigilias, los retiros espirituales
Recorren cada esquina pública y privada infinitas muestras de solidaridad. Cartas, declaraciones, tomas, portadas, artículos, firmas, y nombres que describen las injusticias y lo honesto de la causa Mapuche. Algunos, en el colmo del cinismo, son esos mismos que apoyaron y apoyan el Gobierno de Bachellet, prodigan semblantes alarmados ante esta noticia, cuando siempre supieron que esta administración era más de lo mismo.

Y están los que son consecuentes y honestos y cierran filas con la justicia social y el Pueblo Mapuche y la joven comunera relegada al auto-martirio a falta de un Estado de Derecho que vele honestamente por todos los ciudadanos sin distinción. Pero eso no es suficiente.
Y entonces, ¿Qué es lo que no se ha dicho frente a la situación de Patricia?

Hasta los más reaccionarios opinan. (Obviamente a favor de la muerte)
Si ya se ha dicho todo. ¿Qué nos estaría faltando por hacer?
¿Brutalidad policial? Represión, manoseos por parte de Carniceros de Chile contra las mujeres, abusos, golpes, insultos, gases lacrimógenas, palos, combos y patadas.

¿Y qué con eso? ¿A quién sorprende la actitud del gobierno a través de su brazo armado?

¿Alarmados, consternados? ¿Desde Cuándo? Nadie tiene que llevarse las manos al rostro por el espanto y la sorpresa. Sorpresa sería que ciertas organizaciones empiecen a organizar autodefensa, a organizar resistencia, a pelear, a golpear de vuelta y dejar de estas haciéndose los sufridos, las víctimas o mejor dicho terminar de auto-victimizarse todo el tiempo. Somos víctimas si, pero de nuestra cobardía, desgano e inmovilidad. Después de casi 20 años de represión aún hay ilusos que se sorprenden, pero que corren prestos a votar por los mismos simios sin principios que nos gobiernan.

Chile país de habladores, sofistas y cobardes. Chile, país de avariciosos y mediocres.

Alrededor de tres iniciativas dignas de respeto a lo largo de la historia de Chile han hecho más que lloriquear y pedirle a Dios que cambie nuestros destinos. ¿Y los demás? ¿Esa es la herencia a nuestros hijos?
Y es que si vemos los hechos desde una óptica machista y patriarcal, como tanto se estila en Chile, el asunto consiste en que una mujer hace tambalear y remecer el escenario nacional e internacional a falta de “Hombres” que hagan algo mejor, más decidido o más concreto.
Así de simple. En eso radica el asunto. Ella hace lo que no hacen ciertos “destacados representantes de la izquierda y el mundo progresista”. El ejemplo más preocupante de todos es que más que un rumor, es un hecho que el Partido Comunista se ha ido derechizando a tal punto que ha buscado descaradamente dividir las aguas del movimiento (uno más y otra vez más) Mapuche y acarrear alguna líquida ganancia a su propio molino electoral, otros, diputados y senadores, soflaman insípidos discursos a favor de la causa Mapuche buscando asegurar su re-elección.

Recordemos que una Huelga de Hambre es una acción No violenta positiva y propositiva. El último recurso de aquellos que no tienen los medios para hacerle frente a las injusticias que ellos reclaman. La herencia de Ghandi es bastante cuestionable. En la actualidad 330 millones de los habitantes de la India viven bajo el umbral de la pobreza, sin entrar a especificar otras enormes calamidades porcentuales.

Y aquí, largas Hileras de hombres y mujeres organizan ayunos colectivos para solidarizar con Patricia. Pintoresco, simpático, bonito. Pero nada más que eso.

Si las huelgas de hambre y los ayunos solucionarán los problemas y las injusticias que se ciernen sobre una determinada nación ¿Qué estamos esperando para realizar una Huelga de Hambre Nacional? ¿Qué tal, en vez de una persona, unas diez mil?

¿Cuándo les toque el turno a los estudiantes, a los pescadores, a los mineros, a los madereros? ¿Qué haremos? ¿Otra Huelga de Hambre?
Cuando casi un millón de estudiantes salió a la calle, ¿Por qué la Central Unitaria de trabajadores, los partidos de pseudo-izquierda no llamaron a una Huelga? Pero Huelga Nacional del país en solidaridad con los estudiantes.

¿En qué quedó eso? ¿Cuánto se ganó deponiendo las movilizaciones, protestas y luchas?

La policía chilena sigue usando los mismos métodos y otros peores, en contra de cualquier movimiento social que cuestione el modelo impuesto por Pinochet y administrado por los Gobiernos de la Concertación.

Los grandes medios de comunicación son propiedad del gran empresariado. El clasismo sigue como siempre, el racismo igual. Nulas oportunidades educacionales, la salud adosada a la bolsa de valores, la cesantía, los sueldos miserables, tierras usurpadas.

Al parecer ya tenemos claros los problemas. Y no vemos ninguna línea o descripción nueva.

Y tanto el Gobierno como las fuerzas armadas han demostrado una y otra vez que son unos vendepatrias, que les importa un pepino su propio suelo. Son traidores de la peor ralea, Ni siquiera pecan o se dan ínfulas de Nacionalistas.

Puede incluso, un extranjero como Luchsinger venir a escupir insultos y descalificativos en contra de los verdaderos dueños de la tierra y tiene cámara, voz, voto y cobertura en todos los medios. En países un poquito más desarrollados y con gobernantes menos sinvergüenzas y caraduras como los que tenemos, sus declaraciones lo hubiesen llevado a la cárcel hace rato.

Pero no, se da el lujo de ser miembro honorario de grupos paramilitares que asolan el sur de Chile. Patotas de mercenarios mitad participantes y puntales de la Dictadura y nuevas hienas preferentemente policiales.
Y así matan a un joven, y a otro, y a otro más y siguen matando y matando.

La Dictadura de Pinochet fue muy blanda. Los muertos fueron muy pocos, los abusos no fueron tan grandes, las torturas suaves. El racismo nunca fue tanto, el clasismo sólo se demostró de vez en cuando, los salarios de negreros no eran tan malos.

¿Qué se necesita para que se levante de una vez por todas, un pueblo? ¿Teniendo para comer es lo más importante? ¿No importa el Gobierno se trabaja igual?

Las nueces no se abren solas, para ese entonces ya están podridas y vendidas.

“Los Cobardes son los que se esconden debajo de las normas” (Jean Paul Sastre)

¿Hasta cuándo nos quedamos llorando y lamentándonos? ¿Acaso no criticamos las viejas disertaciones y a sus viejos dinosaurios que discursean desde los museos? ¿Sin embargo, usamos los mismos métodos?

Flores, besos y abrazos se repartían en las calles a la policía cuando llegó la supuesta democracia. ¿Resultados? ¿Cuántos muertos se necesitan para que se levanten los cobardes? ¿Si Patricia Troncoso muere, cuánto tendremos nosotros de responsabilidad en ese suceso? ¿Es más fácil achacarles todo lo malo a los malos gobiernos obviamente?

Mientras ellos reparten plomo a mansalva, sintiéndose seguros y valientes contra un pueblo desarmado, nosotros insistimos en los mismos fracasados métodos. A última hora, usemos los mismos métodos, pero ya es hora que agreguemos más picante a la salsa.
A la buena, por la buena jugando su sucio y corrupto juego democrático, expresándonos pausados, memorizando sus leyes y ordenanzas ya sabemos lo que nos pasó y nos pasará si los resultados les son adversos.

Nos guste o no. La razón se defiende con la fuerza. Con la exteriorización de las ideas cuando sea válido y necesario. Como ejemplo ahí tienen a los fascistas, que escondidos, finos, elegantes, bien hablados, fraguan y planean golpes de estados, sangrientos, morados o blancos y se pasan por el culo modales, constituciones, honor y reglamentos.

La paz por sobre todas las cosas. El respeto a la vida como derecho sagrado. Pero el justo y obligatorio derecho a defenderse si es necesario carajo.El justo e inevitable derecho a defenderse ante el exterminio.

¿Cómo se detuvo el canibalismo colonial de los españoles? ¿Las elecciones tenían temblando a Pinochet? ¿De qué sirven los rechazos internacionales si un pueblo no lucha? ¿Bitácoras de cobardes, brújula de indolentes indiferentes?

Aparte de leer artículos de denuncia, incendiarios, descriptivos o solidarios, de adosar tu firma en largas listas que nunca serán leídas o tomadas en cuenta, de marchar por el centro de las calles, de enviar cartitas y postales que comienzan con…”Su Excelentísima señoría” ¿Qué más? ¿Qué más se puede hacer?

Y quizás no tengo la respuesta acertada, pero es obvio que ciertas preguntas rasgan vestiduras con las cuales, sin querer darnos cuentas estamos forrados y tapizados.

Los chilenos tenemos tradición de ser muy habladores, y muy cobardes también.

¿Cuánto falta para que esto sea una Dictadura? ¿O ya estamos? Seguimientos, allanamientos, torturas, montajes, muertos, presos políticos, desfalcos, corrupción y etcéteras. Si vemos como trabajan codo a codo, billetera a billetera, límite a límite pinochetistas declarados, renegados de izquierda, la derecha y los empresarios. Tenemos claro que las desigualdades son inmensas, las injusticias sacramento diario.
¿Qué hacemos, cómo lo hacemos, qué queremos?

Ahora, repentinamente la izquierda toma en cuenta a los autóctonos olvidados. Cuando siempre los incluyó en meros discursos, en meros saludos a la bandera y nada más. Y es que a falta de una reivindicación propulsada por esa izquierda sabelotodo, se toma el camino fácil. Pegarse a la buena. ¿Meros polizontes de causas sociales ajenas?
Y si soñamos un poco y se solucionara el conflicto Mapuche, ¿Qué hará después la vieja-nueva izquierda? ¿El feminismo tomará un repentino interés momentáneo? Recordemos que el viejo eje de masas es claro, poblador-obrero-estudiante, y los que preponderaban a los campesinos eran separados o alejados por “desviaciones maoístas”. ¿Y los Pueblos Originarios? ¿Desde cuándo se les tomó en cuenta? ¿Desde lo de Chiapas acaso? Si los Mapuche son desconfiados con ciertos sectores, tienen muy buenos argumentos.

La opresión dictatorial es el resultado de esos sin escrúpulos que nos gobiernan, pero también de un gran porcentaje de cobardes e interesados con calculadora bajo el brazo que no hacen nada.
Somos lo que ellos quieren que seamos, somos el resultado de sus designios

Más que etnocidios, femicidios, genocidios, el asunto central cuna y base de nuestras desgracias es el Economicidio al cual somos sometidos.
Aletargado pistilo de canela.

Que gran sarcasmo. Para aquellos que luchan por sus derechos, por sus tierras por sus tradiciones mazmorras custodiadas por gárgolas de piedra vestidas de verde. Para los granujas cárceles cinco estrellas…
Un pétalo colgando desde el delgado hilo de la vida. Mientras tanto, delgada descansa una rama de canelo sobre una cama. Grilletes y cadenas le sostienen el cuerpo, mientras ella viaja preguntando por las calles y las barriadas.

Y el país más largo del mundo se transforma en intestino acorralado y prensado de decretos y leyes dictatoriales. País de grandes montañas y entrañas agonizantes.

Una descarnada hebra escarlata se arrastra cansada por el río seco de sus venas y todas las arterias gritan en contra de las miserias.
Un vacío de sombras tapiza las paredes y los recuerdos y ciertas voces que le lleva el viento suavizan la mordedura de sus muñecas.
Afuera los árboles preguntan por ella, su determinado nombre y su causa va doblando las duras barras de acero.

Y en este limbo, como en sueño, como dormida, como en letanía, como despierta a medias, una mano cuelga sobre el catre metálico en dirección a la tierra, la otra mano hacia las estrellas que adornan los volcanes heridos.

Las llagas son ojos moreteados y enrojecidos que miran desde el fondo de su cuerpo hacia fuera y lloran sangre, pus y rabia.
Afilados huesos amenazan con romper la carne exhausta. Las costillas son dos manos abiertas que exigen respuestas, que te llaman.
Callada y preocupada la muerte le ofrece una merienda, ella lo rechaza amablemente.

Todo hecho jirón de ríos que desembocan en mares contaminados, privados y muertos.

Y cada tarde se dibuja su nombre sobre los crepúsculos, cada mañana sobre el alba.

Artesana de la oscuridad que va tejiendo redes más fuertes y poderosas que todas las cadenas que la atan.

Y es que cuando una mujer se desgarra en espasmos de impotencia, cuando las contracciones de la carne encogida, gime callada y lejana ¿Qué hacemos? Menos teoría, más práctica.

Un Estado como un nido hecho de huesos reventados por buitres, halcones y jotes de todos los colores, de todos los sabores. Que guardan y empollan huevos de oro robados a los más desposeídos.
Cuando la presidenta de Chile es una burla, una vergüenza en dos patas que avergüenza a todas las mujeres en su calidad de sirvienta y estafeta del gran capital y los empresarios.

Una meretriz emperatriz del mutismo y su vergonzoso silencio. Es que alguna vez debería quedarnos más claro que nunca. Sí ellos usan todos los medios en contra de nosotros, deberíamos empezar a hacer lo mismo.

Y les salió gente al camino, decidieron meterse con el Pueblo Mapuche. Y en esa tarea de someterlos, les saldrá cana sobre cana, arruga tras arruga.

No necesitan enviarnos Traidores, aquí en Indoamérica Crecen por montones.

No ganaron ayer, no ganaron hoy, no ganarán mañana. Mano a mano, puño a puño, ya veremos quién sale ganando.

Aquí, de pie, donde el sol hace brillar nuestro pelo y la lluvia se lleva la maldad de nuestros ojos.

Nos levantamos para siempre de entre las ruinas de la tristeza y los explotadores.

Aquí germinaran de nuestras manos miles de manos pequeñas, pero gigantes.

Miramos altivos lo que nos pertenece, campesinos, obreros, mujeres, indios, estudiantes, maestros y niños, depositaron las cenizas de sus huesos para no astillar los caminos de los dueños del látigo, la comida y la espada.

Aquí, donde revientan olas de dolor, y los gritos son el pan de comedor;
Aquí, de pie, se levanta lo mejor de nosotros para no rendirse jamás, jamás.

Ya no seremos el humilde peoncito o indiecito que habla con el sufrimiento maniatado.

Ya no será nuestra voz la voz suplicante del hambre. Será un trueno que hable fuerte y claro por lo que es suyo, por lo que se ha ganado.
No seremos el cordero que limosnea en tu rancho, seremos león que busca tus entrañas.

responsabilite

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