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VENEZUELA - Del Rey Miguel de Buría al 4 de febrero de 1992

Jesús Chucho García, ALAI

Martes 1ro de febrero de 2011, puesto en línea por Dial

ALAI - Así como el africano Rey Miguel se levantó en las montañas de Buría contra el colonialismo español, tenemos que un zambo llamado Hugo Rafael Chávez se levantó 447 años después, un 4 de febrero de 1992, para recoger esa bandera y continuar con la gesta emancipadora.

La historia venezolana está escrita y con un incesante espíritu de rebelión de los oprimidos contra cualquier forma de dominación. Es la continuidad en el tiempo, que marca la dignidad de nuestros pueblos, la cual es conexa con los procesos libertarios de los mal llamados países del tercer mundo. Si el africano Rey Miguel se levantó en las montañas de Buría contra el colonialismo español y fue asesinado en 1553, tenemos que un zambo llamado Hugo Rafael se levantó 447 años después un 4 de febrero de 1992, para recoger esa bandera y resumir más de cuatro siglos de historia llena de esperanza, que hoy se debate entre las fuerzas del imperialismo y la respuesta de un pueblo que no desea perder los avances conquistados a sangre y fuego, y mucho menos su soberanía.

Repensar la historia… recobrar la memoria

Fue en las montañas de Buría, en la población de Nirgua, que un esclavizado africano que se había revelado en Puerto Rico, y luego trasladado a esa región de Venezuela, se alzó ante la incesante explotación a que eran sometidos tanto los africanos como los indígenas jiraharas. No midieron riesgo a la muerte, primero su dignidad y bajo ese principio de insurrección ancestral se levantaron contra el poder económico y eclesiástico, marcando la primera rebelión histórica afroindígena venezolana.

En diciembre de 1553, El Rey Miguel y sus cimarrones y cimarronas fue asesinado por Diego de Losada, el mismo que años después asesinaría al Cacique Guacaipuro en Caracas. Más tarde, el espíritu de Miguel impregnaría a Andrés López del Rosario “Andresote”, en Yaracuy (1732), Guillermo Rivas y Gerónimo Guacamaya en Barlovento, (1771), José Leonardo Chirino, en la sierra de Falcón (1795), segmentándose así la historia de la dignidad en Venezuela, teniendo su continuidad histórica a lo largo del siglo XIX con la guerra de independencia (con el apoyo de Haití), la Guerra Federal, la lucha entre la libertadora y la restauradora con su expresión en la Guerra de El Guapo (Barlovento), la huelga petrolera contra las empresas petroleras estadounidenses -a finales de la década del año 30 del siglo XX-, la lucha contra la dictadura perejimenista y el cuestionamiento contra la falsa democracia y su clima de terror que produjo cientos de desaparecidos, torturados y asesinados. La contra respuesta de los movimientos guerrilleros a la represión masiva y selectiva conto con la presencia de hombre y mujeres afrodescendientes sometidos a la represion brutal represion en Barlovento, Falcon y Yaracuy. Es esa parte de la historia donde las y los afrodescendientes contribuimos a estructurar el hilo histórico para crear una conciencia irreverente contra cualquier tipo de dominación. Es esa historia la que “NO” estamos viendo con profundidad en la celebración del Bicentenario de la Independencia de América, y repetimos una vez más, la historia de la emancipación venezolana no comenzó el 19 de abril de 1810, sino en 1553 con el Rey Miguel, pues como dijo Luis Perdomo en Coro, estado Falcón, el pasado 3 de febrero, refiriéndose a los africanos y sus descendientes: “nosotros también hicimos la independencia. El cimarronaje de nuestros ancestros y ancestras fue ejemplo que se quiera o no sembró la semilla histórica de la rebelión y que luego creció como una ceiba gigante, como de esas que abundan en Barlovento”.

El 4 de febrero: referente histórico

La memoria está fresquita. Quién no recuerda esa noche del 4 de febrero de 1992, cuando un grupo de jóvenes se levantaron en nombre de millones de venezolanos empobrecidos que clamaban un cambio radical en la sociedad venezolana, después de haber vivido el 27 de febrero de 1989. Quién no recuerda el famoso “por ahora” como continuidad histórica en el tiempo. Quién no recuerda el tremendo discurso lúcido y en un contexto difícil del líder cimarrón Aristóbulo Istúriz. Es unos de los discursos más valiente y clásico que entraría en los anales de los estudios políticos contemporáneos. Mientras el diputado Morales Bello pedía en el viejo Congreso de la República “fusilamiento para los insurrectos”, el ex presidente Rafael Caldera pidió “encarcelamiento”. El cimarrón diputado, en ese entonces, Aristóbulo Istúriz dijo: “Lo hicieron en legítima defensa a nombre de un pueblo que se estaba muriendo de hambre…”. A partir del 4 de febrero de 1992 la historia contemporánea daría un giro de 360 grados, que culminaría con la victoria electoral de 1998 y su consecuente proceso complejo de transformación que vivimos hoy.

El reto actual

El 4 de febrero está cumpliendo la mayoría de edad, diez y ocho años de esa gesta histórica que plasmaría sus sueños en una compleja década de democracia participativa a partir de 1999, con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. El ensayo bolivariano ha tenido sus pro y sus contras. Los eternos enemigos históricos, los Diego de Losada de hoy, plasmados en conspiraciones encubiertas, golpes de Estado, control mediático internacional y saboteo tecnológico, pero también influyen las contradicciones internas en el mismo proceso, las y los compañeros de viajes que se decían revolucionarios y en los momentos más críticos abandonaron el proceso cuando éste estaba en riesgo. De ahí que desde los movimientos sociales se debe asumir posiciones críticas constructivas y contundentes ante las aberraciones burocráticas y del funcionario que lejos de fortalecer la corriente histórica lo que ha hecho es debilitarla.

Los próximos meses serán una prueba de fuego para el proceso bolivariano, pero como dijo Freddy “Pollito” Blanco, dirigente afrojuvenil de la Red Afrodescendientes de Venezuela: “¡… Aquí no se rinde nadie carajo!


Jesús Chucho García es coordinador general de la Fundación Afroamerica y de la Diáspora Africana.

http://alainet.org/active/36020&lang=es

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