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CHILE - Sexo, mentiras y encubrimientos: la paradoja del clero

Amador Ruiz Araneda, El Clarín de Chile

Martes 14 de mayo de 2019, puesto en línea por Claudia Casal

8 de mayo de 2019 - El Clarín.

1. Introducción

Lo que parece el título de una película de cine de clase «B», en realidad se refiere a la situación contradictoria y escandalosa que aún vive una gran parte del clero de la Iglesia Católica chilena. En esta situación se han visto implicados sacerdotes, obispos y/o cardenales [1], quienes se ven enfrentados a una de las peores crisis judiciales y morales de que tengamos memoria. Su actuación desvergonzada, negligente, con tráfico de influencias, encubrimientos y pagos en dinero por el silencio de las familias de los niños y adolescentes abusados, han tenido tanto impacto en la sociedad en Chile y en el resto del mundo, que no puede ser ignorado por el pueblo de Dios.

2. Los abusos sexuales en contra de niños y adolescentes

Los abusos han ocurrido cada vez que existe una asimetría en las relaciones entre personas, más aún, cuando una de ellas tiene además la tarea de cuidar a los más débiles, como es el caso de los diáconos, sacerdotes y obispos. Porque estas personas están allí para servir y velar por pueblo de Dios, no para servirse de ellos. En lo específico, la aberrante situación de los abusos sexuales no es nueva en el clero católico; sin embargo, ha sido la desproporción del número de víctimas lo que ha provocado la solidaridad del Pueblo de Dios, en especial cuando ellas son niños, niñas y adolescentes vulnerados en sus derechos humanos más fundamentales.

Una indignante situación que comenzó a salir a la luz pública en Irlanda [2] y la consecuencia directa, fue el abandono de los fieles de la comunidad católica. Algo que tuvo mayor gravedad ocurrió en las comunidades estadounidenses, en donde unos 7000 sacerdotes están acusados de pedofilia [3] y donde la solución, una vez más, fue callar a las familias con dinero. Nosotros, los cristianos, hubiésemos esperado que se hubiese dicho algo en los medios católicos, sin embargo el silencio es escandaloso, ya que éste es otra forma de encubrimiento de estas aberraciones sexuales, lo que nos llena de vergüenza frente a la traición explicita del mensaje y de los valores Evangélicos más básicos, como es el amor y el respeto a la dignidad y a la vida del prójimo.

El teólogo, Tony Mifsud, al reseñar un informe destinado a la Orden Jesuita en Chile, titulado como «Abuso sexual, estudio de propuestas», señala algunas situaciones que la comisión han detectado en torno a estas aberraciones: «(a) organizaciones caracterizadas por asimetrías de poder, redes de protección, de jerarquías que amenazan implícita o explícitamente a los terceros que solidarizan con las víctimas; (b) sistemas de creencias que sustentan esta manera de funcionar (clericalismo, autoritarismo, caudillismo, patriarcado)» [4] entre otras. Al que no comporta ninguna novedad para los cristianos, en especial a la luz de los hechos históricos que aún condenan al catolicismo. Pero; ¿Qué son estos abusos? En general, esta es una expresión que implica un acto arbitrario que perjudica la libertad sexual de otra persona. No obstante, por tratarse de niños o adolescentes, muchos de ellos inocentes o sin consciencia de las implicancias sexuales de estos actos, y más aún de sus repercusiones físicas y psicológicas posteriores en la vida adulta de una persona, la que quedara herida en su intimidad para toda la vida, afectando claramente las relaciones que estas puedan establecer en su vida familiar posterior.

3. Los abusos sexuales en el marco del «clericalismo de Mercado»

El abuso sexual debemos ubicarlo en un contexto de una moral relajada y hedonista del clero. Por ello en el año 2013, el papa Francisco envió una nota a la conferencia Episcopal Argentina, con motivo de la realización de la 105 asamblea plenaria. En una de sus partes señalaba:» Que el Señor nos libre de maquillar nuestro episcopado con los oropeles de la mundanidad, del dinero y del clericalismo de mercado” [5]. Con los «oropeles de la mundanidad», sin duda este se refiere a una de las tendencias más visibles en la jerarquía, no solo de Argentina, sino de todos aquellos países capitalistas y neoconservadores entre los que esta Chile, que cifran sus esperanzas en las riquezas y en la apariencia, influidos quizás por las elites económicas a las son parte o que están tan cercanos. Pero, de que se trata entonces el clericalismo de mercado, se trata simplemente de que el clero ha reemplazado los valores de fraternidad, el amor al prójimo, de pobreza, y solidaridad con el que sufre por los criterios del mercado, es decir por el individualismo, la competencia y la vinculación inmoral a las familias y grupos de poder. Se trata por tanto de una situación de vida en donde se les niega a los pobres su dignidad y que se agrava ante el abandono de los pastores la propia comunidad eclesial, no por andar sirviendo, sino por estar dedicados a los negocios en educación, salud, corporaciones, fundaciones, y otras experiencias lucrativas en donde ellos son sus principales gestores. Lo que claramente es además un abandono de la fe en la que dicen creer, ya que solo confían en lo que logran, no en lo que se obtiene abandonándose en las manos de Dios al que se consagraron (Ver Lc 12,28).

4.El abuso sexual como parte del autoritarismo clerical

En medio de la problemática de los abusos sexuales del clero a los niños y adolescentes de nuestro país, que comenzó a destaparse con el obispo de la Serena, Francisco Cox Huneeus [6] encubierto por varios obispos de la iglesia Chilena y quien al verse denunciado por algunos seminaristas de su diócesis, huyo cobardemente a Suiza, en donde se encuentra en la actualidad. Otro fue José Aguirre Ovalle o más conocido por su alias; «el cura Tato», condenado por la justicia el año 2003. Otro de los casos vergonzosos fue el del salesiano Rimsky Rojas [7] quien fue trasladado para evitar el escándalo de los abusos sexuales por Ricardo Ezzati, desde un colegio salesiano de Concepción a otro en la ciudad de Punta Arenas. Al quedar en evidencia, finalmente se auto elimino, el detonante fue que estaba involucrado, además, en el «suicidio» de un joven abusado por él.

Un caso de mujeres abusadoras se logró establecer con la religiosa «Ursulina», Isabel Lagos Droguett, alias «Sor Paula» [8], fugada a Alemania. Otro de los casos emblemáticos fue del ex- sacerdote Fernando Karadima, que estaba encubierto por la elite económica de la derecha política y que contaba con el apoyo pleno de dos cardenales; Francisco Javier Errázuriz Ossa (Shoenstatt) y Ricardo Ezzati (Salesiano), ambos denunciados por encubrimiento a la justicia Chilena, por las propias víctimas de Karadima [9]. Pero había algo más, Karadima y una organización económicamente poderosa llamada «unión sacerdotal» [10] que lograron posicionar a 4 obispos, (tres de ellos aún en ejercicio). Uno del grupo era el renunciado Juan Barros como obispo de Osorno, y designado gracias al tráfico de influencias [11]. Afortunadamente las victimas levantaron su voz y este fue finalmente retirado después de un año de protestas en Osorno y en Chile. Osorno es una hermosa ciudad en donde existe una comunidad cristiana comprometida y activa, lo que permitió que – a pesar de las múltiples adversidades, prepotencia y desprecios- pudieran perseverar en el rechazo generalizado de este obispo impuesto desde Santiago, lo que termino por enlodar al propio papa Francisco en la cuestionada visita a Chile, dada su ignorancia frente al caso. Una situación que trajo consecuencias. Todos los obispos chilenos debieron presentar la renuncia al Papa Francisco, sin embargo algunos de los involucrados pasaron desapercibidos, como ocurrió con el renunciado obispo de Valparaíso, Gonzalo Duarte [12]. Otro caso paradigmático del conservadurismo católico, fue el sacerdote estadounidense John O’Reilly, [13] cercano a la ultra derecha y a otros grupos fundamentalistas católicos. A ello hay que sumar los medios desinformativos que tardaron mucho en publicar estas investigaciones en la prensa nacional. Un ejemplo de ello es que, si las victimas de Karadima y sus secuaces, no hubiesen contado con sus propios recursos económicos, lo más probable es que nadie se hubiese enterado de estas perversiones sexuales dentro del clero chileno.

Pero el calvario de los niños no termina aquí. En Rancagua (VI Región) se descubre otra organización de más de 14 sacerdotes pedófilos y consumidores de pornografía infantil en las propias oficinas parroquiales [14], esta vez, es el propio Obispo Alejandro Goic es quien los suspende rápidamente. Pero no sería todo, recientemente sale a la luz uno de los casos más aberrantes y todo comienza con la denuncia de la profesora de teología de la UC, Marcela Aranda quien denuncia los abusos sexuales reiterados y tres abortos instigados y financiados por el ya fallecido, Renato Poblete, Jesuitay ex-capellán del Hogar de Cristo [15]. Una situación que avergüenza a una institución como la Jesuita, que se ha caracterizado por sus valiosos aportes en el plano de la teología moral. Sin embargo se ha logrado establecer un listado preliminar de los sacerdotes católicos abusadores y violadores de niños en Chile [16] . Pero, la asimetría del poder aún tiene otras implicancias en la hegemonía eclesial del Clero. Lamentablemente en las nuevas designaciones sigue ausente la comunidad eclesial, solo ellos deciden, ya que en la práctica los fieles laicos sólo deben callar, obedecer y pagar. Al decir en buen chileno; “cambiamos todo para seguir iguales». Pero esta historia recién comienza. Aún faltan muchos otros sacerdotes católicos que son abusadores, pedófilos y difusores de pornografía infantil, lo que ciertamente agravará aún más la situación, porque no debemos olvidar que: «La Verdad nos hará libres»(Ver: Jn 8, 31-38)

5. La necesidad de una nueva y renovada política pastoral

Un ejemplo paradigmático de la prepotencia e intolerancia clerical ocurrió al finalizar la liturgia que realizaba el recién designado obispo de Santiago, se produjo un incidente muy significativo. Un diacono que salía en la fila de los celebrantes, alzo su mano y le destruyo a una joven un letrero que decía:» exigimos pastores, no patrones de fundo». Un violento acto de abuso que salió en los noticieros nacionales de ese día, lo que amerito una disculpa al día siguiente, del propio Arzobispado que señalo:» El maltrato y el abuso siempre lesionan y debemos aceptar con serenidad críticas y contradicciones [17]. Un hecho que deja claro el malestar de la comunidad, no solo por los abusos sexuales y violaciones de niños y adolescentes por parte del clero, sino por la actitud despótica (patrones de fundos autoritarios) que caracteriza a gran parte del clero hedonista y que en la actualidad se debate en tibias disculpas, aunque mantienen las mismas estructuras y la mentalidad que hicieron posibles tantas arbitrariedades, lo que no ayuda a que la comunidad les perdone estas atrocidades. Se requiere un cambio de fondo en las estructuras eclesiales.

Para finalizar, el abuso sexual de niños y niñas, así como las violaciones sexuales y los encubrimientos de sus perpetradores son siempre inmorales y desvirtúan, en el acto mismo de la agresión, todos y cada uno de los principios consagrados en los Evangelios. Y la comunidad cristiana no puede ser excluida, una vez más de sus opiniones, posturas y denuncias. Las autoridades tienen la obligación moral de escuchar, acompañar, apoyar y solidarizar con las víctimas. No cabe aquí una defensa corporativa, porque los fieles laicos tienen derechos, los que no pueden ser vulnerados por sus propias autoridades, por lo tanto el reciente «convenio» entre la CECH y «la fiscalía»(conocida tristemente por enviar a los corruptos a un curso de ética) para resolver los diversos procesos jurídicos en curso y en los que los acusados son sacerdotes, otorgándoles una especie de inmunidad frente a la ley [18]. Reiteramos una vez más, la dignidad de los niños y adolescentes es primero y por lo mismo la comunidad cristiana debe ser potenciada, y de ser posible mejorada en sus relaciones administrativas con él Clero, para que efectivamente pueda lograr tener voz y voto en las decisiones que le competen a ella misma. El siglo XXI puede ser la instancia en que, de una vez por todas, esta estructura heredera del cesaropapismo y del sistemafeudal, de paso o se transforma enuna comunidad de hermanos, en donde las enseñanzas y en especial los valores del Evangelio de Jesús de Nazareth sean el signo distintivo de los cristianos. Nos lo recuerda el Evangelio de Juan:»En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros» (Ver Jn 13,35).


Amador Ruiz Araneda es Licenciado en Ciencias Religiosas de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Post grado en ciencias Sociales de Ilades-Chile y UC Lovaina, Bélgica; Post grado en Ciencias sociales del Trabajo en el PET y Doctor en procesos sociales y políticos latinoamericanos de la Universidad del Arte y las Ciencias Sociales, Sgto. de Chile.

https://www.elclarin.cl/web/opinion/politica/28930-sexo-mentiras-y-encubrimientos-la-paradoja-del-clero-chileno.html

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[4Revista Mensaje. Marzo-Abril 2019. Art Abuso Sexual. Estudio de Propuestas. Op.cit.

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