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ARGENTINA - Macri aspira a liderazgo continental
Andrés Gaudin, Noticias Aliadas
Jueves 10 de diciembre de 2015, puesto en línea por
3 de diciembre de 2015 - Noticias Aliadas - Presidente electo anuncia gabinete de ministros provenientes del sector empresarial y demanda retiro de Venezuela del MERCOSUR.
Los argentinos optaron por un cambio para los próximos cuatro años. A partir del 10 de diciembre, el país se despedirá de un gobierno progresista para pasar a ser gestionado por un partido de derecha. En el primer ballotage de la historia local, celebrado el 22 de noviembre pasado, la alianza Cambiemos, liderada por el empresario y exjefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, de 56 años, derrotó por un exiguo 2.68% al oficialista Daniel Scioli, del Frente para la Victoria (FPV). Asumirá sin mayoría propia en ninguna de las dos ramas del Congreso, lo que lo obligará a moderar, al menos provisoriamente, el duro programa neoliberal que se había planteado.
De todas maneras, los cambios se verán desde el primer día. Es más, ya se observan, y ante el sólo anuncio de que desaparecerán las políticas sociales aplicadas en los últimos 12 años por los tres gobiernos del FPV —uno de Néstor Kirchner (2003-2007) y dos de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015)—, ya aumentaron los precios de los artículos básicos. Los productores de bienes y alimentos anticiparon, además, que ante la decisión del nuevo gobierno de eliminar los subsidios estatales a los servicios públicos, tienen a estudio cómo incidirán en sus costos y cómo los trasladarán a los precios al consumidor.
El nuevo gobierno, que fiel a su definición ideológica contará con un gabinete de ministros y otras altas autoridades provenientes del sector empresarial, empezó a desgarrarse apenas unas horas después de haberse confirmado su victoria en las urnas. Al día siguiente de la segunda vuelta, Ernesto Sanz, la otra figura central de Cambiemos, después de Macri, renunció a todos los cargos de gobierno e incluso a la actividad política, dejando huérfana de conducción a la Unión Cívica Radical (UCR), uno de los dos mayores partidos de la alianza. Sanz tiene un mandato de senador que termina el 10 de diciembre y era el presidente del más que centenario partido que ahora abandona. En la tarde de ese día, los diputados y senadores de la UCR también rechazaron una oferta de Cambiemos para unificar los bloques legislativos.
Gobierno de los gerentes
En conferencia de prensa llevada al cabo el 23 de noviembre, Macri precisó las grandes líneas de lo que será su gobierno. Paralelamente se conocía quiénes ocuparán los puestos más relevantes del gabinete de ministros y los más altos cargos ejecutivos.
“Este será el gobierno de los CEO”, ironizó el periodista opositor Roberto Navarro, en referencia a los chief executive officers.
El Ministerio de Hacienda quedará en manos de Alfonso Prat-Gay, ex CEO del banco JP Morgan. El jefe de gabinete conformará un equipo junto con Mario Quintana, CEO del fondo de inversiones Pegasus, y Gustavo Lopetegui, CEO de la empresa aérea LAN. El ministro de Producción, Francisco Cabrera, ha sido CEO, sucesivamente, de Hewlett Packard, la compañía de fondos de pensión Máxima, el grupo financiero Roberts, el banco HSBC y el diario La Nación. La cartera de Energía será ocupada por Juan José Aranguren, CEO de la petrolera Shell, e Isela Costantini, CEO de General Motors para Argentina, Uruguay y Paraguay, estará a cargo de la presidencia de Aerolíneas Argentinas. La ministra de Relaciones Exteriores, Susana Malcorra, es jefa de asesores del secretario general de las Naciones Unidas, donde llegó tras ser la CEO de las multinacionales IBM y Telecom. Las grandes cámaras empresariales también tendrán a sus representantes en el gabinete.
Junto con la economía, el área de la política exterior será la que más novedades ofrecerá. Aunque Malcorra no ha comparecido en público, Macri se encargó de enunciar las grandes directivas, y hubo dos definiciones que impactaron. Primero, habrá un rompimiento total con lo que han sido las políticas de integración regional de los últimos 12 años. Segundo, Macri no ha dedicado ni una sola frase para referirse a lo que ha sido el eje de la diplomacia argentina desde la redemocratización del país, en 1983: el reclamo soberano sobre las islas Malvinas, situadas en el Atlántico Sur y ocupadas por Gran Bretaña desde 1833. En cambio, se mostró complacido ante una llamada telefónica del primer ministro británico, David Cameron, “con quien nos comprometimos a trabajar en conjunto, sin rencores”.
Dentro de esa misma línea, el nuevo gobierno intentará anular el Memorándum de Entendimiento con Irán, firmado en el 2013 con el objetivo de encausar la estancada investigación judicial del atentado terrorista de julio de 1994 contra la entidad judía Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA).
Acercamiento con la Alianza del Pacífico
En su afán por situarse en un sitial de liderazgo continental, la primera definición de Macri fue la de pedir el desplazamiento de Venezuela del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), mediante la aplicación de la llamada “cláusula democrática”, un instrumento firmado por los países miembros en 1998, por el que se prevén sanciones a un asociado cuando en él se “produzca una ruptura del orden democrático”. El presidente electo no ha hecho aún ninguna referencia a la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). En cambio, se detuvo reiteradamente en el anuncio de que buscará un acercamiento con la Alianza del Pacífico (AP), bloque comercial del que forman parte Chile, Colombia, México y Perú, y Costa Rica y Panamá como observadores.
“Nos proponemos recuperar las relaciones con Brasil, brindarle una nueva dinámica al MERCOSUR y buscar una convergencia con la AP para ampliar los destinos de nuestras exportaciones, venimos con la vocación de construir buenas y previsibles relaciones con nuestros hermanos latinoamericanos y con el mundo en general”, dijo Macri. Luego, se refirió en otras dos oportunidades a la AP, para señalar que “Argentina necesita aumentar sus exportaciones, frenadas por la sobrevaluación de la moneda y la recesión en Brasil”.
Macri sorprendió al decir que lo primero que hará cuando asuma la Presidencia es revisar, y “si es necesario anular”, los ventajosos acuerdos de integración e inversión firmados con China y Rusia. Aunque los convenios con ambos países fueron homologados por las dos ramas del Legislativo, Macri dijo que “los enviaré al Congreso para su debate y aprobación”.
Para el canciller saliente Héctor Timerman, el proyecto de la AP “está en consonancia con la vieja concepción del Consenso de Washington y entusiasma a los representantes del neoliberalismo y la derecha continental. Hay una matriz común en los países que la conforman, que a la vez son los mismos que recientemente firmaron el acuerdo del Trans Pacific Partnership (TPP), que integra a los países de la cuenca del Pacífico de América y Asia, aunque excluye expresamente a China”.